Los vestidos de ésta época recreaban la línea “Charleston” y Directorio de los años 20, con importantes recortes, talle alto, con botones y bolsillos aplicados muy bajos en las faldas. La vestimenta nocturna estaba comprendida por mucho brillo; los vestidos destacaban las piernas, cubiertas por medias de colores, laminadas, caladas y de encajes que desplazaron las medias con ligas y portaligas que hasta entonces se usaban. Los peinados batidos que habían comenzado a usarse en 1959 se habían olvidado; los nuevos podían ser cortos con flequillos, o largos recogidos por trenzas y torzadas; pero lo único que no se podía elegir era la forma del cabello, todas las mujeres debían tenerlo lacio.
Así como los años 70 se caracterizaron por el uso de los perfumes y los 80 por el uso de las cremas, los años 60 acentuaron la utilización del maquillaje. Principalmente se delineaban los ojos con el objetivo de que quedasen muy bien resaltados, y se los acompañaban con pestañas aplicadas en grupos de a tres. En los labios y en las uñas se utilizaban colores claros a nacarados. No sólo las pestañas eran artificiales, en la segunda mitad de la década aparecieron las pelucas de pelo sintético y natural, impuestas en Francia por Carita. Se adornaban con vinchas que descubrían la frente y moños que revalorizaban los rodetes.
En 1969 las creaciones italianas comienzan a importarse en Buenos Aires, más femeninas y más prácticas que las francesas, con coloridos y texturas particulares. Tiene un singular éxito los montello-twin diseñados por Fontana de Roma. Eran unos tapados cortados junto con el vestido o la chaqueta del tailleur formando una sola pieza. Para la noche brillan los colores y alhajas de estilo renacentistas. Para sport, los pantalones se acompañaban con largos chaquetones y plataformas, que había recreado Dalila Puzzovio en 1967. Una de las opciones más elegidas en Buenos Aires en los años 60 fueron los “conjuntos de banlon” de distintos colores, compuestos por un suéter de magas cortas con cuello al ras y un saco de mangas largas y angostas, prendido por botones al tono. Los mocasines fueron característicos en ésta década, tanto en la moda femenina como masculina.
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